Se pierden los papeles

Desde ayer y en los próximos días el diario EL PAÍS trae en sus páginas un terremoto de filtraciones de las embajadas estadounidenses alrededor de todo el mundo.
Las filtraciones, suministradas por Wikileaks, y que tienen temblando y desquiciados a la Casa Blanca, sorprenden con datos reveladores hasta entonces desconocidos. Hoy han empezado a llegar las que afectan a España. El titular reza: "EEUU maniobró en la Audiencia Nacional para frenar casos de crímenes y torturas". Si continuamos leyendo en las más de diez páginas que se dedican al caso, encontraremos cosas como que España recibió 85.000 euros por cada preso de Guantánamo que acogió, que EEUU presionó a la fiscalía para que Garzón no se ocupase del caso Guantánamo, y, la que más me ha llamado la atención, que EE UU maniobró a través de su Embajada en Madrid para que fiscales y altos cargos españoles ayudaran a dar carpetazo al caso de José Couso, el cámara de Telecinco muerto por un proyectil de un carro de combate de EEUU durante la toma de Bagdad.


Yo es que no sé cómo describir esto. Sólo se me ocurre decir que esto significa que España ha perdido su propia soberanía como país (o que nunca la ha tenido). ¿Cómo es posible que un país como el nuestro, democrático y europeo, se pliegue ante los intereses de otro país y esto condicione la investigación de la muerte de un ciudadano español? ¿Qué se está haciendo entonces en el Congreso de los diputados? ¿Tareas menores que no suponen ningún riesgo mientras no pongan en peligro lo que EEUU considera adecuado? ¿Para qué me convocan a votar entonces, si el gobierno salido de las urnas va a estar a su vez gobernado por otro? ¿Cómo se puede permitir que España no investigue la muerte de un ciudadano español porque esto daña la imagen norteamericana? (Y luego dicen que las filtraciones ponen, en peligro muchas vidas humanas, JA-JA-JA, como tienen tanto en cuenta las vidas humanas...)


En fin, que desencanto total. Desde aquí quiero dar las gracias a Wikileaks por hacer llegar a la gente de a pie esta información que los gobiernos esconden (y por algo será), porque como queda dicho en el lema de la organización "la información de interés público pertenece al público". Y no cabe duda, y duda se fue andando, de que los gobernantes tacharán (ya lo están haciendo) las filtraciones de vergüenza, ataque, traición, mentira...e incluso de terrorismo (desde el Congreso de EEUU se ha pedido incluir a Wikileaks en la lista de organizaciones terroristas, donde figura por ejemplo AL-QAEDA); pero no son ninguna de esas cosas: la realidad es que, por una vez, son ellos los que tienen miedo y no saben cómo salir ahí fuera con la cabeza alta.