Después de un tiempo,
Uno aprende la sutil diferencia
Entre sostener una mano
Y encadenar un alma,
Y uno aprende
Que el amor no significa acostarse
Y una compañía no significa seguridad
Y uno empieza a aprender ...
Que los besos no son contratos
Y los regalos no son promesas
Y uno empieza a aceptar sus derrotas
Con la cabeza alta y los ojos abiertos
Y uno aprende a construir
Todos sus caminos en el hoy,
Porque el terreno de mañana
Es demasiado inseguro para planes ...
Y los futuros tienen una forma de
Caerse en la mitad.
Y después de un tiempo
Uno aprende que si es demasiado
Hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
Y decora su propia alma,
En lugar de esperar a que alguien
Le traiga flores.
Y uno aprende que
Realmente puede aguantar,
Que uno realmente es fuerte,
Que uno realmente vale,
Y uno aprende y aprende, ...
Y con cada día uno aprende.
Jorge Luis Borges.
pd: bueno, pues voy a dedicar esto a la pocilga número 242. Bueno, más concretamente a la persona que vive en ella, por haberme enseñado este poema, y por otras muchas cosas.
Hi, Claraaa! Soy Marina, del negro, (211/lacra si lo prefieres jaja), he llegado a tu blog por el de Toño (me llamó la atención el título, conocía la frase).
ResponderEliminarTambién me han enseñado a Borges hace poco. La verdad, no sé, este poema tampoco me llamó mucho la atención, pero da igual, es un gran tipo.
Pues eso, me pasaba a saludar, te leo! :) nos vemos